jueves, 6 de mayo de 2010

Perseverar



Leer | Filipenses 1.6

Nadie está exento de enfrentar obstáculos. Aun cuando éramos unos bebés, todos tuvimos que superar la falta de equilibrio y de fuerzas para estar de pie y dar ese primer paso. Y el aprender a poner un pie delante del otro implicó algunas caídas. Pero para poder caminar bien, teníamos que levantarnos e intentarlo de nuevo.

Piense en las dificultades que enfrentó el Señor cuando seguía adelante con su objetivo de salvar a la humanidad: Jesús fue ridiculizado, rechazado y malinterpretado. Sin embargo, Lucas 9.51 aclara su meta: "Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén". El Señor, sabiendo que sería condenado a muerte en esa ciudad, no dejó que nada le impidiera ir allá.

Hay varias cosas que podemos hacer para tener esta actitud:

Lo más importante es fijarnos metas bajo la dirección de Dios: metas desafiantes que exijan lo mejor de nosotros y que requieran su ayuda.

Luego, el desarrollar una pasión por hacer realidad el objetivo nos llevará con toda probabilidad al logro del resultado deseado.

Además, debemos negarnos a dar oídos a las críticas; debemos, más bien, rodearnos de personas que nos alienten. Algunas cosas que hagamos pueden fallar, pero debemos sacar una lección personal de cada derrota.

Por último, debemos creer que podemos alcanzar la meta, y luego confiar en que Dios nos dará el poder para hacerlo.

El éxito según la Biblia significa dos cosas: lograr lo que el Señor nos llama a hacer, y convertirnos en las personas que él quiere que seamos. Busque con ahínco los propósitos específicos que él tiene para su vida. Perseverar en medio de los obstáculos será una aventura que desarrollará su fe y que le enseñará a depender del Padre celestial.

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