martes, 18 de mayo de 2010

¿Cuál es el propósito de Dios en la Tempestad?















*Captar nuestra atención.
Si nuestra pasión por el Padre comienza a declinar, con frecuencia
Él usa el dolor, los problemas, la persecución y
las dificultades para que volvamos nuestra
atención a Él.

*Limpiarnos de pecado.
Por medio de las pruebas Dios llama nuestra atención a los
aspectos de nuestras vidas que no le agraden,
por lo que al captar ese objetivo nosotros
debemos arrepentirnos inmediatamente del
pecado que Él mismo nos indique. Entre más
tiempo continuemos en rebeldía, el problema
se recrudecerá más y más.

*Instarnos a rendirnos a Él.
Quizá el Padre desee que no nos aferremos a algunas
cosas, objetos o metas que consideremos más
importantes que las que Él nos ha reservado y
que sea lo que nos impida recibir la plenitud
de sus bendiciones.

*Conformarnos a su imagen.
Gracias a la adversidad Dios refina nuestro carácter. Su
meta es conformarnos a la imagen de Cristo
(Ro 8.29).

*Equiparnos para servirle.
Una tormenta puede destruirnos o contribuir a nuestro
desarrollo; mucho depende de cómo
reaccionemos. Pero si permanecemos cerca
del Padre, la adversidad aumentará nuestro
conocimiento, fortaleza, devoción, fe, paz y
gozo. Todo esto servirá para que nos sometamos
con gozo a la voluntad de Dios.

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