jueves, 28 de enero de 2010

Para servir a Dios.


Leer | Juan 12:20-26

Como cristianos, debemos ser extensiones vivientes de la vida Jesús. Es decir, debemos permitir que el Espíritu Santo haga la obra de Cristo a través de nosotros. Para seguir el ejemplo de Jesús, debemos:

• Aprender a vivir como siervos de Dios.
Necesitamos renunciar a controlar nuestro tiempo, talentos y dinero, y aceptar nuestra comisión de trabajar en Su reino. Así como hizo nuestro Salvador, no debemos actuar independientemente (Juan 5:19). Nuestra tarea es hacer todo lo que Dios nos pide que hagamos.

• Estar listos a responder a Su llamado de ayudar a los demás. Hay el deseo natural de limitar nuestro círculo a personas que sean como nosotros, pero debemos rechazar esta inclinación. Dios nos pide que ofrezcamos nuestra ayuda a quienes la necesiten: a conocidos y a extraños. Fortalecer nuestra relación con el Señor nos ayudará a reconocer las oportunidades que Dios ha puesto delante de nosotros, y a actuar.

• Estimularnos los unos a los otros a las buenas obras (Hebreos 10:24).
Debemos motivarnos unos a otros para optar por la santidad y el servicio, por encima del placer mundano y el egoísmo. Los creyentes debemos estimularnos mutuamente a tener una actitud de gratitud por lo que Dios ha hecho, y de confianza por lo que Él hará en y a través de nuestras vidas.

Las buenas obras no son un medio de salvación, pero sí tienen que ver con las recompensas eternas. Los creyentes seremos evaluados en el tribunal de Cristo por lo que hicieron en la tierra. Las obras hechas sin la dirección de Dios serán quemadas; las realizadas en obediencia al Espíritu Santo serán recompensadas (1 Co. 3:15). Permita que su amor a Dios le estimule a servir en Su reino.

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