Leer | Juan 17:20-26
Dios tiene autoridad absoluta sobre todas las personas y todos los acontecimientos. Conoce los corazones de los hombres, cómo actuarán y qué pasos deberá tomar para lograr Sus propósitos.
Colosenses 4:2 dice que debemos perseverar en la oración. En realidad, la comunicación con Dios es tan vital que se nos dice que oremos sin cesar (1 Ts. 5:17). Escuchar a, hablar y relacionarnos todo el tiempo con nuestro Padre celestial debe caracterizar nuestras vidas. La Biblia dice por qué es tan importante esto.
La oración nos cambia. Si buscamos el rostro de Dios e invertimos tiempo en Su Palabra, seremos transformados. Nuestros deseos serán reemplazados por los Suyos, y nuestra manera de pensar armonizará más con Sus pensamientos. A medida que crezca nuestro conocimiento de Su carácter, tendremos una mejor idea de cómo orar de acuerdo con Su voluntad.
Dios responde la oración (Stg. 5:16).
Dios ha prometido oír y responder las oraciones de Sus hijos (Is. 65:24).
Él nos asegura que actuará si nuestras peticiones son hechas en el nombre de Jesús, es decir, si están de acuerdo con Su voluntad y con Su tiempo (Jn. 14:13).
La oración invita a Dios a actuar. La oración no altera ninguno de los propósitos o planes divinos del Señor; tampoco hace que cambie de opinión. Lo que Él ha decidido, ocurrirá, y Sus decisiones serán exactamente las correctas para cumplir Su voluntad. Pero nuestras oraciones son poderosas cuando, sin reservas, invitamos a Dios a hacer Su obra en nuestras vidas y en las vidas de otras personas.
¿Qué poder tiene la oración? Ella permite que personas insuficientes se conecten con un Dios todosuficiente. ¡Aleluya!
No hay comentarios:
Publicar un comentario