martes, 6 de julio de 2010

¿Cómo experimentar la presencia de Dios?



Pidamos a Dios que nos indique cuáles son nuestros pecados
que no concuerdan con lo que Él desee hacer en y por medio de nosotros. Este es un paso indispensable para que Él se encargue no solo de señalarnos nuestros errores, sino de limpiarnos de todo pecado conforme a su promesa (1 Jn 1.9).

Entreguémosle las cosas que son piedras de tropiezo. Quizá queramos aferrarnos a costumbres, métodos o ideas que puedan
impedir que Él asuma absoluto control de nuestra vida y que Él no considere pertinentes.

Estemos en disposición de que Dios nos hable como Él elija. Es decir, que se dé a conocer como Él sabe que tendrá mayor impacto en nosotros y que resulte para su gloria. Estos pasos son indispensables para que entendamos que Él no solo quiere contestar nuestras peticiones sino que anhela que nos
sintamos satisfechos con su presencia y la disfrutemos en toda su plenitud, como Cristo lo expresó en Juan 10.10, diciendo:“Yo he venido
para que tengan vida , y para que la tengan en abundancia”.

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