jueves, 25 de marzo de 2010

Equipado para la batalla



Este artículo es Charles Stanley y quiero compartirlo.

Para ganar una guerra, hay que reconocer que se está en ella

Tenemos que estar vestidos debidamente para la batalla. Piense en cómo se viste usted cada mañana. Todos elegimos una ropa adecuada al día. Si voy a la iglesia el domingo, me visto de traje y corbata. Si voy a pescar, me pongo unos viejos pantalones sucios y una camisa, y no me importa mojarme. Si voy a fotografiar una montaña cubierta de nieve, me pondré una chaqueta contra el frío, con bolsillos para accesorios de cámara. Y, si voy a una batalla, tendré que ponerme, desde luego, mi armadura. ponerse la armadura

Cuando Pablo dice en Efesios 6.11 "vestíos de toda la armadura de Dios", quiere decir exactamente eso: tenemos que ponernos siempre cada pieza de ese equipo de una manera deliberada y meticulosa. Si entramos al campo de batalla sin protección, nos convertimos en blanco fácil del ataque del enemigo.
Por tanto, miremos cada pieza que aparece en Efesios 6.13-17, para ver lo que hace y cómo podemos ponérnosla. Yo sugeriría que nos pongamos una pieza a la vez, de arriba abajo. Esto es lo que yo hago todas las mañanas. Examino cada pieza de la armadura, y me recuerdo a mí mismo su propósito tan pronto como salgo de la cama.

Imagine, primero, un hermoso casco,
Piense que se lo pone en la cabeza, mientras dice: "Señor, elijo ponerme el yelmo de la salvación hoy para proteger mi mente. Quiero pensar sólo lo que tú pienses, Señor. Quiero darte las gracias, porque cada vez que Satanás me envíe uno de sus pensamientos, este yelmo de la salvación protegerá mi mente".
Hay que recordar que la batalla comienza en nuestra mente; ésta es la zona de combate de Satanás. La batalla puede deslizarse después hacia nuestras emociones y acciones, pero siempre comienza con nuestros pensamientos. Por consiguiente, nuestra mente debe ser protegida todo el tiempo.

La próxima vermos una pieza más.

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