jueves, 25 de febrero de 2010

Por qué Dios cierra las puertas




Leer | Jeremías 10.23, 24

Una oportunidad bloqueada es una útil herramienta de enseñanza. El objetivo final de Dios es moldearnos a la imagen de su Hijo, y por eso nos impide, a veces, hacer o tener algo que deseamos.

•Las puertas cerradas evitan cometer errores. El hecho de que un camino esté claro, no significa que sea el que Dios quiere que sigamos. A veces no tendremos la información que necesitamos para tomar una decisión sabia, y por eso obstaculiza el camino, ya sea espiritual o físicamente. El Espíritu Santo puede ver la ruta completa de nuestras vidas, por lo que debemos seguir su dirección.
•Las puertas cerradas reorientan nuestro andar. Tenga la seguridad de que Dios nunca deja a un servidor dispuesto sin nada que hacer. La otra oportunidad que Él tiene en mente rendirá más fruto, y dará más satisfacción y gloria a Dios.
•Las puertas cerradas prueban la fe y crean perseverancia. Esperar que el Señor hable o actúe es difícil, particularmente cuando nuestro deseo ha sido negado. Pero aprenderemos sabiduría, paciencia y confianza al hacer una pausa de verdad en oración, hasta que Él revele su voluntad.
•Las puertas permiten ganar tiempo. No siempre estamos tan preparados como nos gustaría. Dios puede mantener cerrada por un tiempo una oportunidad para el servicio, hasta que el creyente esté debidamente capacitado para el trabajo en el reino.
A pesar del uso repetido de "puerta cerrada" en esta meditación devocional, el verdadero mensaje es que Dios abre puertas. Él ha creado una senda perfecta que debemos seguir. Mantenga sus pies en ella, y traspasará el umbral que le conducirá al servicio, a la satisfacción y a la gloria de su Señor.

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