jueves, 21 de octubre de 2010

Haz Algo


"La fe sin obras está muerta". Santiago 2.26.

La fe no es la creencia de que Dios hará lo que uno quiere. La fe es creer que Dios hará lo que es correcto. Dios siempre está cercano y disponible. Solamente espera por tu toque. Así es que, déjale saber. Demuestra tú devoción.
Escribe una carta.
Pide perdón.
Bautízate.
Da de comer al hambriento.
Ora.
Enseña.
Ve.
Haz algo que demuestre tu fe. Porque la fe sin esfuerzo no es fe en lo absoluto. Dios responderá. Nunca ha rechazado un gesto de fe genuino. Nunca.
Lucado, M., & Gibbs, T. A. (2000). Gracia para todo momento (322). Nashville: Caribe-Betania Editores.

jueves, 14 de octubre de 2010

Llámalo Gracia



"Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conformes a la esperanza de la vida eterna". Tito 3.7

Puedes ser una persona decente. Puedes pagar impuestos y besar a tus hijos y dormir con una conciencia limpia. Pero sin Cristo no eres santo. Entonces, ¿cómo puedes ir al cielo?
Solamente cree. Acepta la obra ya realizada, la obra de Jesús en la cruz.
Acepta la bondad de Jesucristo. Abandona tus propias obras y acepta la suya. Abandona tu propia decencia y acepta la suya. Preséntate delante de Dios en su nombre, no en el tuyo.
¿Tan fácil? No fue nada fácil. La cruz fue pesada, la sangre fue real y el precio fue exorbitante. Pero como a ti y a mí nos hubiera llevado a la bancarrota, Él pagó por nosotros. Llámalo sencillo. Llámalo un regalo. Pero no lo llames fácil.
Llámalo lo que es. Llámalo gracia.

Lucado, M., & Gibbs, T. A. (2000). Gracia para todo momento

sábado, 9 de octubre de 2010

!Enviados!


Quizá te resulte difícil verte a ti mismo como un misionero. Dudas que seas lo suficientemente bueno, inteligente o espiritual. Si es así, recapacita en lo siguiente:

a.Dios te da el poder para hacer lo que te ordena hacer.
El Espíritu Santo vive en ti, por lo tanto, tienes en ti todo lo que necesitas para la tarea.

b.Dios no espera que seas perfecto.
Eres útil para Dios a pesar de tus fallas y fracasos.

c.Dios no te encarga la tarea de ser un misionero aislado.
Eres sólo una parte de un mundo de creyentes. La tarea nos corresponde a todos.

d.Dios da los resultados.
No depende de ti cambiar el corazón de nadie ni forzar a nadie a confiar en Cristo. Tú anuncias su mensaje a través de tus palabras y acciones, y él se hace cargo de los resultados en la vida de cada uno.

!Sé un misionero!

miércoles, 6 de octubre de 2010

LAS CONSECUENCIAS DEL ENOJO



A nosotros mismos: Deforma el carácter. El enojo llega a lo más íntimo de nuestro ser con su veneno. En vez de experimentar la paz y el gozo de Cristo, nos llenamos de ansiedad y frustración. Un espíritu crítico y condenatorio lleva a menospreciar a los demás con palabras duras. La hostilidad nos vuelve polémicos, y hace que nos ofendamos con facilidad por cuestiones sin importancia. Las amenazas o los insultos imaginarios echan raíces y crean respuestas desproporcionadas a la situación.
Afecta al cuerpo. Dios no diseñó nuestros cuerpos para vivir con rabia permanente. Ésta hace estragos en nuestro organismo, e incluso puede ocasionar males fatales como ataques cardíacos y derrames cerebrales. Nos haría bien preguntarnos. ¿Vale la pena morir por mantener este resentimiento?

sábado, 2 de octubre de 2010

¿Enojado?


En 1894, un partido de béisbol se caldeó literalmente cuando un jugador del equipo visitante de los Orioles de Baltimore empezó una pelea con el jugador de tercera base de los Medias Rojas de Boston. Pronto la pelea se hizo más grande cuando ambos equipos pisaron el campo de juego, y los aficionados salieron a raudales de las gradas para unirse a la pelea. Durante este furor incontrolado, alguien inició un fuego en el estadio, y todo el recinto y 170 edificaciones fueron consumidas, ¡todo por la ira de un solo hombre! Aunque este ejemplo es extremo, es una ilustración apropiada de la destrucción que puede acompañar al enojo desenfrenado.