martes, 27 de abril de 2010

Cómo aceptar las críticas

















Leer | Proverbios 10:17, 18

A nadie le gusta ser criticado. Pocas veces la crítica es divertida, y a menudo no se pide. Muchas veces, rechazamos las palabras de quienes nos critican, por el duro espíritu con que fueron dichas.

Pero Dios puede valerse de una actitud equivocada o de un mal momento para comunicarnos algo que necesitamos oír. Por eso es prudente poner atención cuando la gente nos critica. Las críticas, pedidas o no, nos obligan a examinarnos y a tomar nota de nuestras áreas débiles. Esto nos ayuda a descubrir quiénes somos en realidad, y a evitar errores innecesarios. Si no escuchamos, nuestro potencial de crecimiento mental, emocional y espiritual se verá limitado.

Sin embargo, esto no significa que todas las opiniones son válidas. Es importante reaccionar bien y evaluar la crítica correctamente.

Primero, no rechace de inmediato el comentario, no culpe a la otra persona ni se defienda. Más bien, considere lo que se le dijo, y pregúntele a Dios si Él está tratando de decirle algo.

Después dé gracias a la persona por su interés en usted, y dígale que pensará en lo que le expresó. Si la persona fue sincera, se lo agradecerá, pero si su intención fue negativa, esto la desarmará.

Luego evalúe la crítica y determine qué fue exactamente lo que le criticó (¿sus creencias, su carácter, Dios?).

Por último, vea esto como una oportunidad para crecer y, de ser necesario, pida disculpas.

Jesús murió en una cruz por nosotros, y por eso los creyentes estamos seguros de Su aceptación. Si recordamos esto, la desaprobación de los demás tendrá menos importancia y nos causará menos malestar

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