miércoles, 9 de junio de 2010

¿Cómo llega a ser la Biblia nuestra ancla en las tormentas?



Nos fortalece. Al sufrir lo embates del dolor y
la lucha, leamos los Salmos. David, autor de
muchos de ellos, resistió las tormentas y muchos
salmos narran cómo encontró fortaleza en el
Señor (Sal 57.1-3).

Nos recuerda las promesas de Dios. Nos garantiza la presencia, el poder y el auxilio de Dios, por eso es que yo inicio cada día leyéndola. No importa la tormenta que nos acose, la Biblia tiene la promesa para cada ocasión en particular.
Por ejemplo, Cristo dijo:“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt 11.28); y Dios prometió a Josué
éxito en todo lo que hiciera si meditaba en su Palabra (Jos 1.8-9).

Nos da la perspectiva de Dios. Nada puede sucedernos por accidente. Al analizar cómo Él usó la adversidad en las vidas de los personajes bíblicos, entenderemos mejor cómo usará la lucha que confrontemos en un momento dado.

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